¿Para quién es la nueva Nikon D850?

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Ahora que salió oficialmente al mercado la nueva Nikon D850, se hace presente la inevitable pregunta: ¿Para quién es esta cámara? Y la primera respuesta que se me viene a la mente es indiscutiblemente un sarcasmo: si no sabes si esta cámara es para ti, seguramente no lo es.
Esta respuesta surge después de varias veces en que supuestos fotógrafos me han preguntado cosas como, por ejemplo, “¿Qué lente me recomiendas, un 50mm o un 85mm?” Caray, si no sabes lo que necesitas, probablemente estás en la profesión equivocada. ¿Se imaginan qué clase de mecánico sería el que preguntara si necesita una llave o un destornillador?
Cada herramienta tiene un uso específico. Si bien, quizá hay herramientas que sirvan para más de una cosa, en general, cada una está diseñada para una función en particular. Así, la D850, con sus 46MP, 7 disparos por segundo y amplio rango dinámico está diseñada más para retrato, paisaje o foto de producto, que para foto acción, por ejemplo. Digamos que si vas a hacer fotos de acción, como deportes o vida salvaje, vas a necesitar una cámara que dispare en secuencias más rápidas o que descargue las imágenes a una tarjeta en menos tiempo.
La altísima resolución del sensor de la D850 produce archivos muy grandes, ideales para retoque o para extraer el máximo de tonalidades o el máximo de detalles, pero resulta poco eficaz cuando de rapidez se trata.
Entonces, antes de pensar en salir corriendo a comprar esta nueva cámara que, en efecto, tiene características muy impresionantes, habría qué preguntarse si le vamos a sacar provecho o no; si nuestra fotografía está a la altura de la cámara o no; si podremos amortizarla o no, pues cuesta alrededor de US$3,300 sólo el cuerpo.
Y aquí viene otro aspecto. Si tenemos dinero de sobra, no es problema. Podemos gastarlo en lo que se nos dé la gana. Pero si no, conviene mejor comprar algo que se pueda amortizar en corto plazo.
Sé que muchas personas piensan que si sus clientes los ven con un súper equipo los van a considerar “más profesionales”, pero al respecto yo pienso que quien basa su profesionalismo en meras apariencias, dista mucho de ser realmente un profesional. Nuestro profesionalismo debe notarse en la calidad de nuestro trabajo, no en el equipo que usamos. Además, si el equipo realmente fuera el caso, ¿acaso, entonces, no nos veríamos mejor con una cámara de formato medio, como una Hasselblad o una Phase One, y no una DSLR? Este aspecto es ridículo y ni siquiera debería ser un criterio para la compra de equipo.
Entonces, ¿vale la pena invertir en la nueva D850? Si el tipo de fotografía que hacemos requiere un equipo de ese nivel, sí. Sólo hay que tomar en cuenta que tener un mejor equipo no es garantía de que ahora nuestras fotos serán mejores. Eso depende de nuestros conocimientos, de nuestra experiencia, de nuestras capacidades. Conozco fotógrafos excelentes que hacen maravillosas imágenes con cámaras de hace 30 años, como Karl Taylor (http://karltaylorportfolio.com). Y, sí, él ahora usa una cámara Hasselblad para su trabajo profesional, pero sigue siendo capaz de hacer hermosas imágenes con sus cámaras viejas. Después de todo, es el fotógrafo quien hace las fotografías, no la cámara. ¿O no?

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